Miguel de los Santos: “El oficio de la comunicación, del periodismo, creo que es una de las profesiones más hermosas y desafiantes que hay en la vida”
He tenido el placer de estar presente el pasado año, en los tres últimos acontecimientos en la vida profesional del periodista y escritor Miguel de los Santos: la presentación de su tercer libro, la entrega del Premio Iberoamericano de Periodismo y el nombramiento de Hijo Predilecto de la Villa de Valdemoro, su ciudad natal.
Y el 2023 no ha podido comenzar con mejores auspicios: está a punto de publicar un nuevo libro y tiene otro terminado. En los próximos días recibirá el homenaje de sus compañeros en la Peña Periodística ‘Primera Plana’ y hará una nueva presentación de su última novela en el Centro Riojano de Madrid, los días 7 y 14, respectivamente, de marzo actual.
Miguel de los Santos recibiendo el título de Hijo Predilecto de la Villa de Valdemoro con el alcalde y la corporación municipal que votó por unanimidad la concesión.
--Miguel, has tenido un año 2022 sumamente brillante: publicaste un nuevo libro, te distinguieron con el Premio Iberoamericano de Periodismo de la Fundación Carlos III, te nombraron Hijo Predilecto de la Villa de Valdemoro…
--Sí, publiqué un libro y he escrito otro con el que estoy en tratos con un par de editoriales para publicarlo próximamente. Trata sobre un tema que está muy de actualidad, se titula “Flor de avispa. Nicaragua 1979”, una fecha clave en ese tan maltratado país como es el fiasco de la revolución sandinista con Daniel Ortega al frente y la marcha del ideólogo de aquel movimiento liberador, que luego no lo ha sido, como fue la presencia de Sergio Ramírez, el escritor que está exiliado aquí en España bajo pena de muerte en su país. También publiqué mi última novela “Cabalgando sobre un caballo de cartón”. Ya tenía publicados dos libros anteriormente, “Relatos de mi memoria” que puede considerarse autobiográfico, y una primera novela, “El fabuloso mundo de Mateo Benavides”. Y tuve la suerte de recibir esas dos distinciones que me llenan de orgullo --y a las que tú has asistido, Pepe-- como son el Premio de Periodismo Iberoamericano de la Fundación Carlos III y el título de Hijo predilecto de Valdemoro, mi pueblo, al que tanto he querido y he llevado siempre en mi corazón.
--¿De qué forma ha marcado en tu vida personal y profesional haber nacido en Valdemoro?
-- Valdemoro es ahora una gran ciudad, próspera, pujante, moderna, tiene todo lo que se puede esperar de una ciudad de estas características. Sin embargo, el Valdemoro que yo viví en la posguerra y luego en mi primera juventud, era un pueblecito agrícola con una fábrica de yeso y escayola que le daba cierta apariencia industrial, pero que en realidad era un pueblo verdaderamente pobre de recursos, en líneas generales, aunque de muy buenas gentes, de castellanos serios y trabajadores. Y siempre lo llevé en el corazón porque me pareció que era un lugar entrañable donde a pesar de la pobreza y de la escasez que había de todo en aquellos años de la posguerra, supo sobreponerse a aquellos malos años y vivir feliz. Fuimos niños felices, en aquel pueblo alegre y limpio con gente de muy buena naturaleza y de muy buena crianza. Para mí, Valdemoro ha sido siempre un ejemplo en aquellos años y espero que lo siga siendo por muchos más.
De los muchos años que Miguel anduvo recorriendo con las cámaras las tierras de América, conserva con especial cariño esta fotografía con el presidente Salvador Allende de su encuentro con él en Chile en febrero de 1973, siete meses antes de su muerte. Foto que Miguel publicó en su libro "Relatos de mi memoria".
--Sin duda estarás muy satisfecho de tu trayectoria, pero ¿has tenido también alguna decepción personal o profesional?
--Muchas, Pepe, tú sabes lo que es este oficio nuestro de contar cosas. He tenido muchas decepciones, generalmente decepciones humanas. Y a propósito de estos reconocimientos que estamos mencionando, siempre se me quedó clavada una frase de mi mujer cuando tuvimos un almuerzo en Barcelona, donde estaban algunos históricos de la Radio como Federico Gayo, Tomás Martín Blanco… y en aquella mesa mi mujer dijo algo que define un poco lo que representaban los premios en determinados momentos. Me acababan de dar el premio Ondas, primer premio que recibí a lo largo de mi carrera y salió a colación el tema, y mi mujer dijo: “Sí, es curioso pero este año en el que le han dado a Miguel el Premio Ondas, hemos tenido que pedir un crédito para poder pagar la hipoteca del piso”. Y eso es decepcionante, porque en cualquier caso, Pepe, eso significa mucho, significa que los reconocimientos de tipo emotivo o profesionales como pueden ser estos, pocas veces se compadecen con la realidad del profesional, del momento en el que está viviendo, o sea, algunas veces llegan oportunamente como ha sido el caso de Valdemoro que estábamos nombrando o incluso el de Periodismo Iberoamericano, pero he recibido premios en momentos en los que yo no los esperaba mientras que si esperaba otros por la labor que venía haciendo desde hacía tiempo.
EL REAL MADRID, AMANCIO Y LOS ÁRBITROS
--También has recibido recientemente una importante distinción como es la Insignia de Oro del Real Madrid C.F. y en breve vas a recibir la Insignia de Oro y Brillantes de la entidad. Como gran madridista que eres, supongo que estas distinciones te satisfacen muy especialmente.
--Ya cuando cumplí cincuenta años de socio tuve la satisfacción de recibir el emblema de Oro de manos de Florentino Pérez, persona a la que admiro especialmente por su gestión al frente del equipo, habiendo hecho del Real Madrid la segunda etapa de oro de toda su historia. Y ahora se cumplen los sesenta años de mi pertenencia al club como socio, que pudieron ser más años porque hubo momentos en los que tuve darme de baja porque un tío mío que era muy madridista me venía pagando la cuota. Y cuando él falleció, yo no tenía posibilidades, era un estudiantillo y tuve que darme de baja porque no podía seguir pagando la cuota. Luego me reenganché cuando ya me lo permitió mi economía, y ahora voy a cumplir sesenta años de socio.
Miguel de los Santos con Florentino Pérez |
--¿El Real Madrid siempre te ha dado satisfacciones o en algún momento has tenido la tentación de romper tu carné de socio?
--¡No, jamás, jamás!… soy de esos madridistas objetivos. Durante muchos años, he venido diciendo algo que considero que es justo y necesario que se diga, y es que la afición del Real Madrid, en líneas generales estoy hablando, es la peor afición del mundo. Ahora, últimamente, ha dado muestras de una gran involucración con el equipo, ayudándole a ganar las últimas Copas de Europa en el Estadio Bernabeu, pero durante muchos años esta afición fue excesivamente crítica, estaba mal acostumbrada a que su equipo ganara por goleada, se impusiera a los demás con cierta facilidad… y cuando vinieron maldadas, las críticas desde las gradas eran espantosas. Yo tuve varios amigos futbolistas de la época, compañeros como fueron Manolo Velázquez, Pedro de Felipe, Amancio… y sobre ellos tuve que soportar insultos en la grada en cuanto fallaban un balón, y eso nunca lo entendí, me fastidiaba mucho. Pero vamos, considero que el Real Madrid es una entidad muy importante que ha representado siempre a España. Desde los años de cerrajón de nuestro país, el Real Madrid era realmente el verdadero embajador por ese mundo que nos estaba negado y cerrado a los españoles.
--“Amancio ha significado mucho para el Madrid y para el fútbol. Cuando llegó procedente del Deportivo de La Coruña, yo asistí a su debut, en el que por cierto marcó un gran gol al F.C. Barcelona. Aquel chavalillo era un fenómeno porque sin ser un delantero corpulento, yo le vi superar a defensas impresionantes como eran los que había en equipos italianos como el Inter de Milán entre otros. Era un jugador habilidoso, una especie de Vinicius anticipado a esta época. Como persona era un ser extraordinario, tuve una gran amistad con él y con Charo su mujer. En más de una ocasión, mi mujer y yo salimos juntos, a cenar o compartir alguna tertulia, o charla con algunos otros jugadores de aquella época como Di Stéfano, Puskas, Kopa, etc. Pero, Amancio, sobre todo, para el madridismo ha significado la mayor importancia en un club de grandes estrellas internacionales como las que tuvo el Real Madrid en aquella época”.
-Permíteme una última pregunta sobre fútbol. Me refiero a la polémica de los pagos del Barcelona a los árbitros. ¿Crees que va a tener consecuencias drásticas para el club?
--Lamentablemente no, para el Barcelona no, como no lo tuvo el escándalo que se montó en Barcelona cuando Figo fue a jugar con la camiseta del Real Madrid por primera vez, ni la tuvo tampoco cuando aquel lanzamiento al campo de la cabeza de un cochinillo, botellas, y de todo. Aquello hubiera merecido en cualquier otra liga del mundo, una sanción de seguramente muchos partidos, y sin embargo se dejó pasar el tiempo, pasaron página y no ocurrió nada. Como tampoco ocurrió nada, no recuerdo bien si fue en una Final o en una Semifinal del Rey, el Barcelona porque tenía varios lesionados del primer equipo, en lugar de comparecer con jugadores de la cantera como han hecho otros equipos en esa situación, se presentó en el Estadio Vicente Calderón para jugar con el Atlético de Madrid, aquel partido, y de repente dio la espantada, no se dispuso a jugar y se retiró del campo. Aquello hubiera merecido una sanción gordísima y sin embargo no pasó nada. Nosotros tenemos en España, en el fútbol, una tara y es el síndrome del catalanismo, del independentismo que salpica lamentablemente a un equipo grande como es el F.C. Barcelona. Lamentablemente, soy de los que opinan que esto acabará siendo papel mojado, dejarán pasar el tiempo y no sucederá nada. Es más, se da la paradoja que ahora mismo da la sensación de que el único culpable es ese hombre, el corrupto, el que figura como corrupto pero que detrás de él había toda una maquinaria encabezada por Ángel María Villar, por entonces presidente de la Federación, y a la que Alfredo Relaño calificó con buen criterio, del “villarato”. Y yo, como tantos madridistas, nos llevábamos las manos a la cabeza cuando en aquellos años vimos pitar a favor del FC Barcelona, penaltis completamente inexistentes. Yo recuerdo uno sobre todo, que clamaba el cielo, cuando se dejó caer Luis Suárez en una entrada, simulando que le había trabado con las manos Keylor Navas, el portero del Madrid, y cuando las cámaras lo repitieron se vio que ni siquiera, se tiró dos metros antes, y le pitaron penalti. Y sin embargo, recuerdo otro partido en el que fue expulsado Cristiano Ronaldo cuando le habían hecho un penalti a él. En lugar de pitar el penalti, le sacaron roja a Cristiano, por simulación, y dejaron al Madrid con diez, a pesar de lo cual ganó el partido. Son detalles que ahora te vienen a la memoria porque entonces te parecían errores arbitrales ‘de bulto’ y que te movían a la sospecha, pero con esto que se ha destapado ahora es evidente que había una trama organizada para darle el Campeonato al Barcelona, que no solo perjudicó al Madrid, es que uno de los primeros perjudicados fue el Atlético de Madrid que podría haber ganado un par de Ligas, ya que quedó segundo en la clasificación por actos y hechos arbitrales de estas características. Todo aquello que podía pasar por simple anécdota o mala suerte en aquellos momentos ahora cobra la evidencia de la intencionalidad por parte del estamento arbitral.
DE LA POSGUERRA A LA DEMOCRACIA
--Miguel, has vivido la posguerra, la dictadura, la transición, la actual democracia… ¿eres optimista en cuanto al futuro próximo de España?
--A un futuro próximo sí pero al inmediato no tanto, creo que a medio plazo la sociedad irá madurando y se irá dando cuenta de donde está el lado bueno y el lado malo de las cosas. Ahora hay mucho cinismo en la política. Excesivo cinismo para que podamos confiar en ello. Yo creo que, como bien dice el refrán, y los refranes son sabiduría del pueblo, no hay mal ni bien que cien años dure… Yo tengo la esperanza de que si no mis hijos, al menos mis nietos van a disfrutar de un gran país, que ya lo es, aunque tenga la rémora de unos dirigentes que no se merecen el país que dirigen.
"Cabalgando sobre un caballo de cartón" tercer libro de Miguel de los Santos.
--Miguel, tres de tus cuatro hijos siguen tus pasos profesionales ¿aconsejarías a los jóvenes de hoy la comunicación como profesión?
--Sí, hombre, como no. Yo soy, como tú sabes, un vicioso de la comunicación, de los medios. La radio y la televisión, sobre todo, me fascinan. Me gustaría una televisión donde el porcentaje entre el entretenimiento y la formación no fuera tan enorme, tan desigual. En la programación se dedica demasiado tiempo a la distracción, al entretenimiento, a la sonrisa, y demasiado poco a la formación y a la cultura. Hay muchos canales pero pocos se dedican a la difusión de las cosas que merecen la pena en la vida. Me gustaría que la cultura tuviera una mayor presencia en los programas televisivos puesto que la cultura no es incompatible en ningún caso con el entretenimiento. Pero hay una cierta escasez que echo de menos. Pero sí, recomendaría a cualquiera esta profesión porque es muy bonita, muy sufrida, muy difícil y sucede aquí como en el fútbol. Nosotros cuando hablamos de una profesión tomamos como referente a los grandes triunfadores en esa profesión, quiero decir que en la Radio como en el fútbol no todos son Messis, Cristianos Ronaldos, Vinicius o Benzemás. Hay muchos que se parten el pecho en segunda, tercera división y regional, pero en cualquier caso, el salario les llega justito para vivir. En esta profesión de contar cosas, en este oficio de la comunicación, del periodismo, sucede lo mismo. No todos son Carlos Herrera o Alsina… hay otros muchos que viven con lo justo cuando merecerían un mejor destino. Quiero decir que a veces las profesiones no son lo que marcan los líderes, que las identifican, son muchos los profesionales que no lo pasan tan bien. Hay que luchar, pero en cualquier caso el oficio de la comunicación, del periodismo, creo que es una de las profesiones más hermosas y más desafiantes que hay en la vida.
--Para finalizar, háblanos de tus próximos proyectos ¿vas a seguir escribiendo, publicando, recibiendo premios?...
--Bueno, sobre los premios yo creo que ya he alcanzado el límite de lo que podía aspirar. El reconocimiento que he recibido de mi pueblo ha sido la ‘joya de la corona’, tan es así que en ese reconocimiento he querido condesar todos los anteriores premios que he recibido, como son los Premios Ondas, el Premio Nacional de Radio, el Premio Nacional de Televisión, los Premios de la Federación de Radio como la Antena de Oro y el Micrófono de Oro… Todo eso ha quedado en manos de la Consejería de Cultura de Valdemoro para lo que parece que será una especie de exposición o un memorial, que llevará mi nombre. Lo he depositado allí todo junto con el archivo de cientos y cientos de imágenes de mis reportajes por el mundo, de todas las series que he hecho para televisión y después de eso no espero nada más y tampoco lo necesito, mi vanidad está colmada ya. Solo me he quedado en casa el diploma de Hijo Predilecto de Valdemoro. En cuanto a proyectos, mi único proyecto ahora es escribir y vivir. Estoy negociando actualmente la publicación de la novela sobre Nicaragua que cité antes, y que es una novela que contiene un estilo muy del conocido realismo mágico que crearon García Márquez, Vargas Llosa, Julio Cortázar, Benedetti, y toda aquella gente. Y tengo también terminada una novela sobre un tema muy de actualidad, que está basada en el acrónimo ‘D.S.’ que los psicólogos y psiquiatras utilizan para denominar lo que realmente significa, que es ‘dominio y sumisión’, y que es la enfermedad social que ha destruido a tantas familias en la sociedad moderna en la que vivimos. Cuando se juntan en un matrimonio un dominante y un sumiso el desastre está asegurado. Y a propósito de esto he escrito una novela titulada “Diálogos de una mujer sola” donde una mujer expone lo que ha sido su vida para llegar a la situación a la que ha llegado y a la que han ido a parar sus cuatro hijos. Y entre tanto, a ver que se me ocurre para escribir algo más.
Pepe Machado
Miguel de los Santos en la presentación de su último libro en la 81ª Feria del Libro, con Pepe Machado, autor de esta entrevista.
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